E los navarrs que viiron lor seinnor empressar, dissons: Barons, anem, nostre seinnor gardar, e moran tuit ab el antz quel laissem forzar. Adoncs viratz tendre balestes de sarrar, e de lanzas ferir e atçonas lanzar, els navarrs en camisas zay e lai salteiar, el sarrazins quel viron nutz assi demenar, disson zo non son per Bafomet, antz par que sion vius diables quasils veden sautar, Quar els notemon mort, ni temon a nafrar, e ges ab aital gentz nos fa bon bataillar, e adoncs comenzeron vas Tunitz atornar, el pros reis de Navarra ab sas gentz ancalzar, si que per mei las portas les neferon entrar, adonc lo rei Tibalt presse a capdelar sas gentz e si lor diss: Barons, tornen gantar, e tuit teneron sen e feron son mandar sestots demoranza.

E lo reu Lodoys que era seinner de Franza anec lo acuillir ab molt dura semblanza e si li dis: Bel filtz, huey mávetz fait pesanza; Quar anc abgent sen fe failliment e enfanza, e si fossas vencutz, vostra fors l erranza, pero ondrada vetz per totz temps vostra lanza, per que es semblanza que totz bes nos enanza, e huaymas no metatz tota l ost en balenza.

El rei Tibalt respos alegre sens doptanza: Seinner en Jeshu Xripst es nostra esperanza. E si nos lui servent, more es ma semblanza e ma fe quel bratz dreit vendre de la balanza, e no i em per dormir, ni per dar beu ananza mas per alzar la fe de cels que es salvanza. Adoncs lo rei franzes per seinnal dámistanza baiset le en la boca ab molt alegranza, dont toltz nagron sabor.

2013/02/22

Lingue Navarrorum

Irakurri, zabaldu eta ulertu behar den dokumentu bat aurkezten dizuet artikulu honetan. 1896. urtean Nafarroako diputazioak idatzi zuen dokumentu bat da, non euskararen garrantzia eta erabilera babesten duen, Nafarroa maritimoarekin (Bizkaia, Gipuzkoa eta Arabako diputazioekin) elkarlana sustatzen duen gure hizkuntza zaharrari babesa eman nahian. Ez naiz gehiegi luzatuko sarrera moduko honetan, izan ere, gazteleraz dagoen dokumentu honetan oso argi adierazten da garaiko nafar diputazioak euskararekiko zuen konpromezua. Gaur egungo nafar agintari batzuei gomendatuko nieke irakurketa aberasgarri hau, euren jatorria ukatzen eta deuseztatzen jarraitzeak zentzurik ez duela kontura daitezen. Lau orrialdez osatutako dokumentua da, garaiko gaztelanian idatzia; bertako parrafo batzuk azpimarratu ditut, nere iritziz XXI. mendean berriz ere hausnartu eta planteatu beharrekoak, gaur egungo diktadura ekonomiko honetan tokirik ez dutenak antza. Dokumentua link honetatik jetsi daiteke bere jatorrizko formatuan: Lingue Navarrorum 1.896.

"Esta Diputación se ha enterado con imponderable complaciencia del erudito y patriótico informe emitido por la Comisión de Fomento de V.E. y aprobado en sesión de 12 de Noviembre del pasado año, referente a que se exija a los Maestros y Maestras que hayan de regentar las Escuelas del país vascongado el conocimiento de la lengua euskara.
No podía dar V.E. prueba de solicitud que recayese sobre asunto más grato a la Diputación de Navarra, la cual por la conversación y lustre del milenario idioma vascongado experimenta este profundo y dulcísimo sentimiento con que los buenos hijos contemplan las cosas que íntimamente tocaron a sus padres y constituyen el tesoro de venerables reliquias familiares.
Bien ha hecho V. E. al solicitar el concurso de esta Diputación -que era tanto como obtenerlo- invocando los títulos de primitiva hermandad, expedidos bajo el sello soberano de la naturaleza, fehacientes sobre todo, en el rasgo común del idioma, que a todos los vasco-navarros nos designa apesar de las fronteras y apelativos mudables de la historia.
Uno de los reyes más ilustres que se han sentado en el trono de Navarra, el preclaro monarca D. Sancho el Sabio, en documento solemnísimo, al explicar el significado de ciertas palabras vascongadas que aún hoy salen de labios de nuestro pueblo, llamó al vascuence lingue navarrorum (lengua de los navarros) rindiendo tributo a la verdad para que nunca pudiesen obscurecerla las mudanzas del tiempo. Y lengua de los navarros era y como lengua genuina de los navarros ha de ser considerado siempre, el idioma que creó el nombre glorioso de este Reino y desde el Pirineo al Ebro, el de la mayor parte de las ciudades, villas y pueblos, y como otros tantos inmovibles mojones de acotamiento distinguió con raíces euskaras los montes, ríos, bosques, valles y términos, incorporando la lengua a la tierra y sustrayéndola de esta suerte, a las reivindicaciones de soñadas y por gracia de esta lengua, desmentidas conquistas.
Al procurar, en cuanto pueda, el establecimiento de medidas que propongan la conservación del idioma euskaro, ésta Diputación entiende perpetuar tradiciones que son honra purísima del pueblo a quien representa. No olvida la Diputación, antes bien por ello se congratula, que un navarro, Beltran de Echepare, fue el primero que en el año 1545 escribió y publicó un libro de poesías vascongadas, y que otro navarro, Pierres de Axular compuso la obra maestra de la literatura euskara, el famosísimo GerokoGero, donde el lenguaje censurado de "grosero y bárbaro que no recibe elegancia", vistió los arreos de la elocuencia clásica y tan fácil y ajustadamente tradujo los áureos periodos de San Juan Crisóstomo, como los serenos pensamientos del divino Platon.
Y aun los medios propios para propagar la cultura del idioma y enaltecerlo en la estimación pública, ofrecen precedentes dentro de Navarra, notables, especialmente, por la época que los vio adoptar, mucho antes que la ciencia hubiese puesto al descubierto los primores y maravillas del vascuence y su importancia como instrumento insustituible de investigaciones históricas. El primer certámen de poesóa euskara, de que hay noticia, se celebró en Pamplona, bajo los auspicios de su Obispo D. Antonio Venegas de Figueroa, el año 1.609, en las honras fúnebres del señor Rey Don Felipe IV de Castilla y VII de Navarra, costeadas por el Real Consejo, se pueso en el catafalco un elogio del monarca, escrito en vascuence, por el Cronista del Reino, el P. Francisco Alesson.
Oportunamente recuerda V.E. en su Informe la petición de los miembros del Congreso de Americanistas reunidos en Madrid el año 1.881, de que se crease en la Universidad Central una cátedra de lengua euskara. Esperaban de esa creación aquellos sabios extranjeros, no sólo un estudio más profundo y continuado del idioma, sino también una saludable de la opinión pública, a la que deseaban ver interesarse a favor de la conservación de un lenguaje que ellos estimaban reliquia preciosísima de edades prehistóticas y monumento vivo del genio humano en los vastos dominios de la lingüiística, novísima ciencia que es honra y prez de las naciones que la cultivan.
A este propósito, parece que no cabe aducir mejor concertadas razones que las que al insigne Pedro Moret inspiró su anhelo de la ruina el idioma común y primitivo de los españoles: "no puede dejar de recibirse -decía- con gustosa admiración la averiguación de una lengua sobre quien han pasado tantos siglos y tantas avenidas de gentes forasteras que dominado a España: cartaginenses, romanos, alanos, suevos, vándalos, silingios, godos, árabes y moros del África, sin que le hayan podido consumir los tan poderosos enemigos de las cosas sub lunares, tiempo y fuerza, siendo del tiempo consumirlo todo, aunque lentamente como rayendo, y de la fuerza trastornarlo de golpe, introduciendo con las armas y señorío la voz y lengua del que venció".
Y ponderando la estimación que alcanzan los testimonios del tiempo viejo, argumentaba con certera lógica, donde se percibe el dejo de patriótico reproche: "Pequeños pedazos de cobre o bronce por sola efigie ya gastada de un antiguo rey o emperador; paredones viejos, muros rotos o desmantelados, o por fuerza o por injuria del tiempo, se conservan con estimación para la memoria de lo que fueron y por un cierto respeto, natural ne los hombres a la antigüedad: memorias venerables de la primera población de España, monumentos ilustres de libertad de ella apesar de tantas gentes extranjeras y de las más bárbaras que han pisado ¿Se condenan a estrago y desolación?
No sería ciertamente con la aquiescencia de la Europa culta que no ha cesado de estudiar el vascuence un solo día, desde que tomaron el vuelo los estudios lingüísticos. En Alemania, Hungría, Holanda, Italia, Inglaterra y Francia, escruñan los sabios los secretos del vascuence y describen su organismo y discurren acerca de sus afinidades y parentesco.
Del crisol de la ciencia salió la lengua euskara luciendo todas las perfecciones que engalanan; la rica armonía de su fonetismo, la bella simplicidad de sus reglas gramaticales; el sutil y copioso artificio de la composición y derivación de sus vocablos, que como la cera pueden recibir cuantas formas apetezca el pensamiento; la increible unidad de sus procedimientos, el prodigioso edificio de su verbo sin par ni semejante, y ante el cual un distinguido lingüista francés confesaba que las lenguas clásicas y sus hijas las modernas, comparadas con el vascuence son como un deforme enano junto a un hermoso gigante.
Pues con todo ello, el mérito propio de la lengua es el motivo que menos mueve el ánimo de la Diputación de Navarra a prestar su concurso a los nobles propósitos de V.E. aún reconociendo que obliga mucho la alabanza y admiración de los extraños que tendrían justa causa para vituperar y echarnos en cara nuestra incuria. Porque el vascuence, es ante todo y sobre todo cosa nuestra, patrimonio hereditario, rasgo precioso con que nos distinguió la mano próvida de Dios, heraldo que no enroquece por vocear, de continuo, nuestra inviolada independencia a los cuatro vientos del horizonte. Y si para procurar su conservación bastaría el natural respeto de los hombres por la antigüedad, nos constriñe a ello el patriotismo y además el respeto al derecho.
El lenguaje es la expresión fonética del pensamiento, la relación entre el sonido y la idea pertenece al órden misteriosísimo de las operaciones de la naturaleza. No solamente las razas fundamentales, sino hasta sus variedades suelen estar en posesión de un idioma propio, y cuando parece que una lengua va a conseguir su universal imperio, surgen acontecimientos imprevistos que los fraccionan; tal sucedió con la descomposición del latín impuesto por las legiones romanas y después suplantado por las modernas lenguas romances. Es que la naturaleza quiere la diversidad de idiomas.
Cada pueblo tiene el suyo que expresa su conciencia colectiva. Con él habla el hombre a su madre, a su esposa y a Dios. Resuena en el hogar y en la plaza pública, comunica los afectos familiares y expone los arduos negocios del Estado. Es la cadena de oro que une a las generaciones: es la tradición viva. Representa la voz de la sangre que llega desde los remotos ascendientes a los tiernos nietezuelos. Perder la lengua propia es abrir un abismo infranqueable entre los progenitores y los descendientes, resgar la trama de la conexión social e histórica, desnaturalizarse y cambiar de alma.
El pueblo vasco-navarro, como todos los pueblos del mundo tiene derecho perfecto e indiscutible a su lengua.
La raíz de este derecho se halla en la personalidad humana que las leyes han de respetar y amparar. El idioma particular, rasgo capitalísimo y distintivo de esa personalidad y medio preordenado a su proyección en el espacio y el tiempo, lo ha recibido el hombre de manos de la naturaleza y constituye un bien del individuo y de la comunidad social más íntimo y sagrado que la propiedad civil en todos los pueblos respetada. La ley que se interponga entre el pensamiento y la manifestación natural de él invade la esfera espiritual y libre de la idea, destruye el estatuto de la personalidad y merece el dicatado de inicua.
Si al hombre no le ha ser dado hablar su idioma materno, preciso será confesar que carece de derechos y que el Estado es omnipotente.
En un orden de consideraciones más amplio, el Estado que se arrogue la facultad de asegurar la preponderancia de una de las lenguas regionales, aunque sea la más extendida dentro de la nación, con perjuicio de las demás, ora invoque el derecho de la ccomún cultura, ora una mal entendida unidad mecánica y externa, se rebaja a instrumento de hegemonías injustas y causa notorio agravio a la hermandad nacional.
La Diputación de Navarra, atenta a conservar rasgo diferencial tan típico y de abolengo tan añejo e ilustre como es la lengua vascongada, ha acordado gestionar cerca del Gobierno de S.M. la declaración preceptiva de la enseñanza del vascuence en las Escuelas del territorio vascongado.
Obliga a esta Diputación a apartarse algún tanto en la forma de las conclusiones del dictámen de aprobado por V.E., la necesidad de dejar en salvo a los Ayuntamientos de la provincia la atribución foral del nombramiento de maestros que en los términos propuestos poer esa Corporación pudiera creerse renunciada y la conveniencia de afirmar el derecho de nuestra raza a su propio idioma, principio de las más amplias reivindicaciones.
No habrá de ser esto motivo para romper la unidad en la gestión de las Diputaciones hermanas.
Con la fómula adoptada, cualquiera que sea la autoridad revestida con el derecho de nombrar los maestros, autoridad que por fuero tienen aquí los Ayuntamientos, habrá de exigirse a las personas que hayan de regentar la Escuelas, como condición ineludible el conocimiento de la lengua Esuakara, que es precisamente la laudable y patriótica mención de V.E.
Muestra con ejemplos copiosos, el informe aprobado por esta Corporación, que en las naciones cultas de Europa, han logrado las lenguas regionales, aquel respeto que nosotros tenemos derecho a obtener para el vascuence. Ni aún las leyes de la Nación española dejan de ofrecer precedentes análogos, discretamente aducidos por V.E. Y aunque a primera vista, pueda parecer acaso, que la ley de Instrucción pública opone un obstáculo irremovible a las aspiraciones de la Diputación, no es menos cierto que en algunos de sus preceptod, singularmente en el artículo 74 se halla fundamento para pedir la reforma propuesta, son necesidad de recorrer vía legislativa, más díficil, larga y contigente de suyo.
Si V.E. los estimas así y prestan su apoyo las diputaciones de Alava y Vizcaya, podrían inciarse desde luego las gestiones colectivas que V.E. indica en su comunicación de 25 de Noviembre último.
Dios guarde a V.E. muchos años -Pamplona, 11 de Enero de 1.896." 

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